Las dulces fresas de Atlixco

*Desde el vivero de Hissay Orea, junto con un colectivo de mujeres de municipios de la Sierra Norte de Puebla,  establecen y consolidan alianzas de siembra de frutos

Jaime Carrera

Atlixco, Pue.- En Atlixco, los campos en el vivero de Hissay Orea se pintan de verde con cientos de plantas que, entre sus hojas, esconden frutos rojos, unos más grandes que otros, pero todos de una suculenta apariencia.

Los sembradíos de fresa son un sueño que hizo realidad la poblana. Un sueño que construyó y que cuida cada día, pero que también disfruta cada que da un mordisco a estos frutos y escurre el dulzor de sus labios.

La tarea no ha sido nada sencilla, entre los surcos donde crecen los arbustos de las fresas hay largas jornadas de siembra, cuidados y  del fruto durante todo el año, aunque ha tenido de aliado al clima de Atlixco.

Desde hace tres años, Hissay y un colectivo de mujeres de municipios de la Sierra Norte de Puebla se han dedicado a establecer y consolidar alianzas de siembra de frutos, lo que fomentó círculos virtuosos de producción.

Un reto más llegó a la vida de esta mujer cuando dentro de la producción había frutos con desperfectos visuales, lo que provocó mermas, por lo que junto con su socia Sonia Salazar, idearon una forma de evitarlo con elaboración de jaleas.

Hoy estos productos cien por ciento naturales son altamente solicitados por sus clientes, sobre todo por el peculiar sabor que le impregnaron a las jaleas al agregar otros elementos como jalapeño o habanero.

Esta vez, el objetivo de Hissay no sólo es mantener la calidad en sus fresas de variedad conocida como festival, cuyas semillas son procesadas en California, Estados Unidos, sino garantizar la elaboración de jaleas.

Una vez que arriban las raíces a Puebla y más tarde a Atlixco, se revisan, se limpian y son sembradas a partir de sistemas de hidroponía, es decir, un método para cultivar plantas utilizando disoluciones minerales.

Las piedras volcánicas hacen su labor sumadas a los suficientes nutrientes para que la planta crezca firmemente y una vez que comienza a florear la planta se acorta y en aproximadamente dos meses, se puede empezar a cosechar.

De esta manera, todos los días, para Hissay es altamente gratificante recorrer su vivero y ver cómo cuelgan las grandes y jugosas fresas que han enamorado a sus clientes, que lo mismo son de Tehuacán como de la capital del estado.

Así las dulces fresas de Atlixco cautivan paladares, ya sea para degustar como peculiares jaleas agridulces, en postres, para elaborar aguas frescas o simplemente para comer a mordidas, una tras otra, sin parar.

 

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