Templo del Carmen, origen de los remedios  

*El barrio del Carmen de la ciudad de Puebla, donde se ubica el templo, se llena de fiesta; una de las celebraciones más antiguas del estado, desde 1586, cuando se fundó la iglesia.

Guadalupe Juárez

Puebla, Pue.- El templo del Carmen refleja desde su fachada lo que es Puebla: llena de azulejos combinados, como si fuera talavera, y mantener intacta la imagen de la Virgen de los Remedios, antes que las Carmelitas descalzas llegaran a la entidad.

La iglesia -sobre la 16 de Septiembre y la 17 Oriente-, que en alguna ocasión ocupó hasta cuatro manzanas, guarda entre sus muros la historia de una ciudad religiosa, donde esta infraestructura todavía forma parte de su día a día.

Del resto de las iglesias de la ciudad, la del Carmen destaca por sus detalles en rojo y los árboles que dan sombra al atrio. A diferencia de otros templos católicos, no siempre está abierta para que lo conozcan por dentro.

La iglesia del Carmen se construyó con una leyenda que de generación en generación, del regidor Hernando Villanueva y cómo el lidiar con un toro y haber sorteado la muerte, lo hizo prometer que construiría una ermita en honor a la señora de Los Remedios, a la que le atribuyó el milagro de salir con vida y librar el peligro de muerte.

En aquella época, en 1548,  se solía ceder a alguien el cuidado de los templos, por lo que fueron los sastres quienes se ofrecieron a hacerlo y así, nació una cofradía.

Cuatro décadas después, la última orden religiosa que se asentaba en la ciudad después de los franciscanos, dominicos y agustinos, llegó a Puebla, se trataba de las Carmelitas descalzas, a quienes les fue cedida la ermita de la Virgen de los Remedios.

La ermita pasó a ser un convento, luego una iglesia dedicada a la Virgen del Carmen, tenía un huerto que fue famoso por tener peras y es tal su importancia en la entidad, que le atribuyeron a las carmelitas la introducción de la alfalfa al estado.

Frente al templo ya existía un panteón, que ahora es el Parque del Carmen, pero que fue clausurado en 1880, derrumbado y la iglesia se quedó en media manzana.

En el acceso de lo que alguna vez fue el convento de las carmelitas, una fachada única por estar decorada con petatillo y azulejo. La infraestructura original tenía tres arcos, pero sólo se conservó uno.

En esta parte es posible observar una estrella de cuatro picos que resalta el escudo carmelitano y en el nicho sobresale una escultura de San José.

Cada 16 de julio, el barrio del Carmen, donde se ubica este templo, se llena de fiesta, ya que se ha convertido en una de las celebraciones más antiguas del estado, desde 1586, cuando se fundó la iglesia.

Los fieles católicos suelen organizar una procesión por las calles y como parte de la celebración, hay adornos y puestos de comidas cerca del templo e inclusive de juegos mecánicos.

 

 

 

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