Los vestigios de Hernán Cortés

*La casona ubicada en el municipio de Tepeaca, donde el español firmó en 1520 la segunda de las ‘Cinco cartas de Relación’, consolida el Museo de Historia como uno de los más importantes del estado

Antonio Zamora

Tepeaca, Pue.- Es pequeño y modesto, pero cuenta con piezas prehispánicas y de la época colonial de gran realce. El Museo de Historia de Tepeaca es un tesoro invaluable ubicado dentro de la casona en la que Hernán Cortés firmó en 1520 la segunda de las ‘Cinco cartas de Relación’.

Ubicada en la esquina noreste de la plaza principal o zócalo de este municipio poblano, la Casa de Cortés es un punto donde se puede conocer mucho sobre la época de conquista de México y del estilo de vida de la entonces Nueva España.

Conformado por 3 salas, en las primeras son dedicadas a la época prehistórica y prehispánica, pues desde restos de animales, hasta pequeñas piezas de diferentes culturas que se asentaron en la región son parte de su acervo.

La segunda sala tiene la peculiaridad de que con luz solar, al cerrar una de las puertas de madera que cubren los ventanales, en una de las paredes se proyecta la imagen del zócalo, que está justo enfrente, pero “de cabeza”.

La última sala está dividida en dos, en una relata cómo llegó Cortés a la zona siguiendo con la conquista. Armas tanto de los pobladores como de los conquistadores; retratos del sadismo con el que fueron sometidos los nativos, marcados en el cuerpo con pedazos de hierro caliente.

Para la segunda parte, el avance de Tepeaca en los últimos años, las construcciones históricas, además de los acontecimientos que marcaron el rumbo de uno de los municipios más importantes de Puebla.

La llegada de Hernán Cortés a Tepeaca aquí no la olvidan, pues a 500 años de ese hecho relevante para la historia de México y que fue el gran paso hacia la conquista de Tenochtitlán, en este municipio se siguen contando las leyendas sobre el cuestionable actuar del general español.

Mientras recorres el museo, el amable guía te cuenta la historia que señala que Hernán Cortés herraba a los indígenas que se oponían a la conquista española dejándolos marcados en el rostro con una G que representaba la palabra guerra, una práctica de esclavitud que implementó en esta zona que se convirtió en su centro de operaciones.

Además, relatan que en este mismo espacio en el que ahora se ubica este museo fue la casa de Cortés mientras planeaba el ataque a Tenochtitlán, por lo que Tepeaca el lugar donde instauró un cabildo.

Incluso lo convirtió en un punto de acopio de esclavos debido a que era un punto estratégico gracias a su ubicación en un cruce de camino que unía al altiplano con las costas del Atlántico y del Pacífico.

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