El Parián, corazón y alma del arte poblano

*El mercado de colores, con más de 200 años de existencia, es punto obligatorio de visita para los turistas; inevitable retratar sus pasillos, las o bras artesanales y, sobre todo a su gente

Antonio Zamora

Puebla, Pue.- El naranja de las tejas que le da sombra a los locales, el tricolor del papel picado que recuerda el mes patrio que se fue, las chalinas en tonos oscuros que representan la mexicanidad, el azul y blanco de la talavera, hacen de El Parián un mercado de colores.

Un punto de visita obligatorio para los turistas y parte de la esencia de la ciudad de Puebla. Inevitable y obligatorio dar un paseo por el Mercado de Artesanías, ubicado en el Centro Histórico, a unas cuantas calles del Zócalo.

Se construyó en 1801 en la antigua Plazuela de San Roque y se le denominó Parián por ser el paso de arrieros que venían de Veracruz, Oaxaca, La Costa Chica de Guerrero y la capital de la Colonia.

En sus pasillos es común ver a extranjeros entretenerse y detenerse en cada puesto para convencerse y encontrar la artesanía que más guste. Los trajes de China Poblana, sombreros de charros, moños tricolor y camisas, trajes regionales, vestidos y blusas bordadas, además del tradicional talavera.

Una de las leyes no escritas, cuando se entra al Parián, es que no se regatea el precio, porque sería una forma de minimizar el esfuerzo de los artesanos, entonces simplemente se pregunta y sino alcanza, se busca otra cosa.

El Parián se consolidó como el primer mercado artesanal de la capital en 1961 y actualmente se encuentra acondicionado y remozado con un total de 112 locales, ideales para experimentar el arte popular de los maestros artesanos, así que en este recinto se pueden encontrar los artículos más representativos del estado.

Si estás de visita en Puebla y no vas a El Parián es como si nunca hubieras puesto un pie en esta ciudad trazada por los ángeles. Por su colindancia con el Barrio del Artista y el Teatro Principal, además su cercanía con el Centro de Convenciones, se magnifica el atractivo del tianguis.

Custodiado por la figura de San Francisco de Asis, la zona también tiene rincones super intagrameables; además de que recorrerlo, sin duda, representa una experiencia peculiar para todo visitante, que se puede complementar con fotografías del recuerdo, en varios elementos que se han instalado para tal efecto.

Otra de sus atracciones son los caricaturistas, que mediante una foto o en persona y al momento, crean una caricatura a lápiz, en distintos tamaños y a un precio bastante accesible (150 pesos o menos). En las cercanías se pueden encontrar otros servicios para complementar la visita como restaurantes, en donde se pueden consumir platillos de la gastronomía poblana, como las típicas cemitas y chalupas poblanas; cafeterías como “Café Marcel” y “Café Galería Amparo”.

Caminar y observar este hermoso paraje es adentrarse en el corazón y alma del arte poblano. La mejor forma de conocer a Puebla desde la raíz.

 

 

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