Esquites centennials

*El “revolcado”, “greñudo” y “espolvoreado”, hasta el “árabeskite” y “eskicaldo de camarón” se ofrecen en un food truck de la colonia Insurgentes Oriente de la ciudad de Puebla

Guadalupe Bravo

Puebla, Pue.-  Los granos de maíz son pequeños quilates de oro, un tesoro mexicano que reverdece en los campos desde hace más de doce mil años y que se han convertido en el alimento sustancial de la gastronomía del país.

Desde su domesticación, el maíz ha tenido muchas caras, entre tortillas, tamales, tlacoyos, pozole, chileatole y esquites, éste último un manjar culinario que germinó en Zuri Saranghe y Luis Fernando Fierro Mujica.

La pareja de jóvenes estudiaron la carrera de Gastronomía y aunque todo comenzó con un remolque que les ofreció un conocido, “El Eskitín”, como le llamaron, logró mantener a flote sus esperanzas.

Con las recetas ancestrales y el consejo de Dominga, la abuelita de Zuri, lograron deleitar el paladar y hambre de los poblanos, además de los gustos más excéntricos de los comensales: crearon a prueba y error, sabores de esquite inusuales.

Desde el “revolcado”, el “greñudo” y el “espolvoreado” hasta el “árabeskite” y “eskicaldo de camarón”, muy popular en el Estado de México.

Lograron un menú de 15 sabores, incluido el especial que cambia dependiendo de la temporada o la tendencia, por ejemplo, crearon uno inspirado en la película de “Barbie”.

En el patio familiar, ubicado en la colonia Insurgentes Oriente, el food truck abre todas las tardes para aquellos transeúntes o automovilistas que circulan con hambre, ganas de comida rica, arriesgada y accesible.

Gracias a su formación académica, “El Eskitín” es cada vez más reconocido. Tanto que traspasó las fronteras de Puebla, debido a que Luis Fernando es originario de Valle de Bravo en el Estado de México.

Cada que sus familiares lo visitan, prepara un banquete de esquites al gusto que termina de reafirmar el éxito que ha obtenido al dejar su tierra natal para aventurarse, no sólo a estudiar y vivir lejos del seno familiar, sino también a cumplir sus metas.

Zuri, por su parte, echó a andar su imaginación para trazar la imagen del esquite que los representa. Gracias a su gusto por las tendencias, objetos y figuras kawaii, concibió a “El Eskitín”. El pequeño vaso con rostro amable que bien podría ser una representación de su personalidad.

“El Eskitín” es apenas un bebé en el mundo empresarial, pero su raíz es milenaria. Tanto que ha logrado enraizarse en la gastronomía mexicana de múltiples formas a través de los granos que hacen posible la alimentación de miles de familias.

No es aventurado afirmar que “El Eskitín” posee un origen ancestral que se fusiona con las pasiones y el trabajo de Luis Fernando y Zuri para lograr penetrar el paladar más innovador y ansioso de la comida mexicana.

 

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