La Mixtequilla, cuna indígena

*La Mixtequilla, cuna de la cultura totonaca y olmeca de la región, lugar de múltiples hallazgos prehispánicos

Inés Tabal G.

Ignacio de la Lave, Ver. – Los árboles de jobo que pintan el camino de colores amarillo y naranja son el primer distintivo que se aprecia al llegar al municipio de Ignacio de la Lave, mejor conocido como la Mixtequilla, cuna de la cultura totonaca y olmeca de la región.

Una hora y media de viaje por la carretera Costera del Golfo de México, es el tiempo de trayecto que se hace del puerto de Veracruz al municipio de Ignacio de la Llave, ubicado en la zona central del estado.

En la entrada a la localidad se rige imponente la estatua del General Ignacio de la Llave; el pueblo fue fundado en el año 1838 con el nombre San Cristóbal de la Llave, para 1932 cambio su nomenclatura en honor a este personaje histórico.

“Los primeros que bajaron a poblar fueron unos señores que venían de la Mixteca alta de Oaxaca, después ellos emigraron para otro lado y quedo su descendencia, es por lo que muchos conocen aquí como la Mixtequilla”, cuenta Aurelio, habitante del municipio, al recordar las múltiples mezclas de cultura que se originaron en aquella región.

Al caminar por sus calles, la tranquilidad del lugar se ve interrumpida por el andar de los habitantes quienes transitan en los alrededores del zócalo, rodeados de múltiples negocios de comida y tianguis que se colocan en las inmediaciones del lugar para vender sus productos de cerámica y barro.

Justo en el centro se ubica el palacio municipal, al lado, la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, con una torre a medio construir y un reloj que marca la hora para los habitantes.

En ese sitio se realiza una de las fiestas más importantes de la comunidad, en el mes de agosto, donde personas de las diversas congregaciones se reúnen para la celebración religiosa que lleva el mismo nombre del templo.

Otra de las festividades que se celebra en marzo es el Carnaval, el cual llena el lugar de alegría con bailes de salón y populares, carreras de caballos, torneo de cintas, mojigangas, kermeses, actos religiosos y demás eventos típicos.

Otra de las fechas que no pueden pasar desapercibidas son los días 1 y 2 de noviembre, donde se recuerdan a Todos los Santos y Fieles Difuntos, con ofrendas en algunas casas e instituciones educativas.

Entre su diversa gastronomía se puede disgustar distintos platillos típicos de la región como estofado de tortuga, pato en mole, longaniza frita con frijoles refritos, tamales de especie, tamales de elote y masa con carne de puerco, tostadas de pierna y lengua, barbacoa de borrego, de res y puerco.

Así como mojarra frita en mojo de ajo, chachahua en chilindrin (tortuga), canate al mojo de ajo (pato), picadas y gorditas con chile de chilpaya, enchiladas de mole con queso, tortillas a mano con manteca de puerco con chile de chilpaya y pato en pipian.

Uno de los atractivos turísticos obligatorios de visitar es la congregación de El Zapotal número uno, que se encuentra a escasos seis kilómetros de distancia de la cabecera municipal, una de las zonas arqueológicas más importantes del estado, conocido por sus múltiples hallazgos prehispánicos como Mictlantecuhtli, dios del inframundo según la mitología mexica, zapoteca y mixteca.

Junto con este descubrimiento se encontraron varios entierros humanos, con ofrendas de figuras de barro entre las que destacan las “caritas sonrientes” y las “Señoras de la Tierra”, que representan mujeres con el torso desnudo.

Actualmente El Zapotal se localiza sobre una ciudad totonaca en ruinas, esto causó que en el lugar se edificara un museo de sitio donde se exhiben diversos hallazgos arqueológicos.

 

 

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