Corre, China Poblana, corre

*Vestida con el traje típico y maquillada, Luisa Julieta Escobar se convirtió en una maratonista en busca de un milagro y hoy recauda fondos para atender a niños con Síndrome de West

Antonio Zamora

Puebla, Pue.- Un día, cuando estaba sumida en depresión, decidió ponerse los tenis y salir a trotar, después de eso su vida no volvió a ser la misma: Luisa Julieta Escobar es doctora, docente, madre y esposa, pero cuando se pone los zapatos deportivos y el traje típico se transforma en La China Poblana y entonces corre con causa.

Una poblana que, caracterizada como el emblemático personaje, corre buscando que su esfuerzo ayude a los más necesitados. Por cada kilómetro que avanzan sus pasos, ayuda a las familias a solventar gastos para los tratamientos de sus hijos gracias a la fundación Camino Junto a Mi.

Hasta 2015, no había tenido una relación tan cercana con el deporte hasta que en ese año, le detectaron a su hija de ocho meses una rara enfermedad llamada Síndrome de West, un mal que aqueja a una reducida porción de la población infantil en el mundo, con la que sufren continuos ataques de epilepsia que le van degradando sus capacidades motoras y genera un déficit cognitivo.

“Entonces empezó a perder muchos logros que ya había tenido como el sentarse, llorar, reír, se le olvidó todo eso, es una enfermedad que se le llama ‘el pequeño gran mal’ porque al pequeñito lo va marchitando en vida”, cuenta.

Ante la incertidumbre de lo que podía pasar con su pequeña y la aparente imposibilidad de ayudarla, Julieta se sumió en una depresión y estrés que llevó a su esposo a pedirle que encontrara una actividad que le ayudara a relajarse y sin más, una madrugada le puso la correa a su perrito y salió a correr y nada fue igual.

“Fue un giro total porque yo no corría nada, no hacía ejercicio tan fuerte como el running porque desde pequeña me diagnosticaron asma, entonces llevé una vida muy controlada y nunca me atreví (…) entonces me empecé a llenar de vida, ahí entendí que debemos hacer cosas que te llenan, a pesar de que estas viviendo un dolor muy fuerte”.

Después de año y medio de descubrir al running como su mejor terapia, se aventuró a correr su primer maratón, el Maratón de Puebla del 2016 en el que recorrió las calles de la Angelópolis con la imagen de su niña en su playera en pro de lograr el milagro de su sanación, algo que ocurrió apenas unas semanas después, cuando la pequeña Emilia fue dada de alta.

“Un poquito antes logré el Medio Maratón de San Andrés Cholula que hacen por el Día de Padre, y ese día me planté correr el Maratón de Puebla que se hace en noviembre y le decía a Diosito que estaba haciendo un sacrificio y que me ayudara por favor a que mi hija sane, leí una historia por ahí que había un milagro de un paciente con Síndrome de West y entonces me aferré a que mi hija podría ser una niña milagro”, recuerda.

El Maratón lo empezó con todo el nervio, pero cuando le faltaban 100 metros para llegar a la meta, su esposo y su hija la esperaron y cruzaron juntos los tres. “A los 20 días después del maratón tuvimos la consulta con el neurólogo y nos dijo: ‘saben qué, bye West, es un milagro, su hija ya no tiene síndrome de West”.

Vestida de China Poblana y maquillada  ahora lo hará en el Maratón de Boston donde buscará un donativo para comprar un silla de rueda para un pequeño con síndrome de West a cambio de  estampar el nombre del beneficiario en una playera.

Será del 8 al 10 de octubre cuando afronte uno de los mayores retos en su carrera como fondista, pues participará en la edición 125 del Maratón de Boston, una de las competencias de más prestigio en el mundo del atletismo, aunque lo hará de forma remota desde Puebla usando cubrebocas y con su inseparable vestido.

Ante la nueva normalidad que vive el mundo debido a la pandemia, las carreras se han tenido que adaptar a los tiempos actuales por lo que varias de las competencias más reconocidas han abrazado la modalidad virtual como una forma de seguir vigentes, y el Maratón de Boston así lo entendió.

Por ende, Escobar lleva varias semanas preparándose en el parque del Arte buscando alcanzar su mejor forma para correr este maratón que será una de las más importantes dentro del centenar en las que ha participado desde hace seis años, cuando su vida dio un giro total.

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