Naschielly Conde, perfección del combate

*La hiperactividad la llevó a conocer el taekwondo y a partir de ahí su vida cambió a tal grado que ahora es campeona nacional de poomsae, donde logra una perfección en sus movimientos de defensas y ataques, ejecuciones filosóficas que recogen la tradición milenaria del pueblo coreano

Antonio Zamora

Puebla, Pue.- Desde pequeña buscó desfogar en el deporte toda su energía concentrada por el trastorno de déficit de atención e hiperactividad que padece. Y antes de entrar al tatami, pasó por el futbol, natación y hasta ballet, ahora es campeona nacional de poomsae y una de las esperanzas no solo de Puebla, sino de México para trascender a nivel internacional.

El encuentro de Naschielly Conde  con el taekwondo fue por demás fortuito. Cuando tenía siete años de edad y tratando de lidiar con el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad, tomaba un taller de ballet, pero por inquietud, se acercó a un salón aledaño donde estaban practicando el arte marcial.

“Fue una situación de accidente, recuerdo que escuché que la gente gritaba, pedí permiso para ir al baño, subí y vi a muchos muchachos corriendo, pegándole a costales y sobre todo pegándose entre sí, y lo que más me llamaba la atención es que no los regañaban por pegarse. Yo tengo trastorno de déficit de atención e hiperactividad desde pequeña, había practicado muchos deportes y actividades, entonces el hecho de ver todo ese movimiento me motivó mucho”.

Sus inicios en el taekwondo fueron en la modalidad de combate y si bien ahí comenzaba a trascender, no le gustó la sensación que le generaba el golpear a sus oponentes, por lo que se decantó por el poomsae o también conocido como formas donde ahora lo más importante es la perfección de sus movimientos.

“Empecé con el combate como la mayoría, pero conforme fui creciendo no me gustó pegarle a la gente porque en los torneos noqueaba a las niñas y me sentía mal, así que probé en los poomsae y he sido parte de la selección estatal de Puebla desde el 2017”.

Fue un año después cuando los resultados comenzaron a llegar ya que en la Olimpiada Nacional del 2018 ganó su primera presea al llevarse la medalla de plata, algo que le sirvió además para recibir la invitación de unirse a la UPAEP como deportista becada.

La gran prueba de fuego para ella llegó en el 2022 con el Campeonato Nacional que se celebró en Tijuana y que se convirtió en el primer torneo al que acudió sola, en una experiencia enriquecedora, pero en la que también obtuvo uno de sus mayores triunfos, la medalla de oro.

“Fui al campeonato nacional donde el primer lugar se ganaba el derecho de representar a México en el Abierto Internacional de Puerto Rico. Yo llegué sola y fue una experiencia muy imponente porque es de los primeros viajes que realizo sola. Estuve en la categoría de menos de 30 años, tuve la oportunidad de competir con chicas que han estado en Selección Nacional, que han ido a mundiales, que han sido medallistas de mundiales y la verdad que fue satisfactorio”.

Además de ser una de las mejores formistas de Puebla, está a punto de egresar de la Ingeniería en Biotecnología. Además de ser campeona mundial, tiene otros anhelos como el echar a andar una empresa de diagnóstico molecular. No solo en las artes marciales descansan sus sueños ya que a nivel profesional también posee objetivos claros sobre todo una vez egrese de la Ingeniería de Biotecnología, la cual eligió después de tomarse un año sabático.

“Al principio no sabía si quería estudiar lo que estudio actualmente o medicina, lo que me ayudó a escoger fue que me tomé un año sabático y pensé si quería curar enfermos o curar enfermedades, y cuando supe que quería tratar el problema desde la raíz pues decidí que me dedicaría a la materia que ve eso a fondo, supe que quería estudiar Ingeniería en Biotecnología porque es una carrera que tiene muchas facetas, te puedes desenvolver en varios ámbitos, puedes aprender de muchas áreas”.

A pesar de su corta edad, Naschielly Conde tiene sus ideas muy claras y a todos los jóvenes que quieren seguir su camino y convertirse en deportistas y estudiantes a la vez, las invita a estar conscientes que en el camino habrá triunfos y fracasos, pero que lo que realmente vale la pena son las experiencias vividas y que una medalla no marca el éxito de una persona.

“Cuando algo te llena y estás satisfecho, cualquier sacrificio no lo sientes como una pérdida de tiempo, aunque llegues a una competencia y los resultados no sean los que tú esperas, el hecho de que estés haciéndolo al final terminan rindiendo frutos, y no solo hablando en lo deportivo, a veces medimos el éxito en medallas o en reconocimientos, el éxito de tu persona lo mides tú,  con las cosas que consideras impórtate para ti, con la calidad de persona que eres, de hijo o de amigo, el mensaje es que busquen eso que les apasiona, aférrense a eso”.

 

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