Una guerrera con ángel

*Fernanda Escobedo combina la reporteada en nota roja con el fútbol americano y el  crossfit; su don de gente y su determinación sobresalen

Jaime López

Puebla, Pue.-  Verla en acción trae a la mente palabras como inspiración, perseverancia y libertad; siempre destaca en todo lo que hace, ya sea cubriendo la nota roja, acompañando una protesta ciudadana o bien jugando fútbol americano hasta el límite de sus fuerzas.

En todos los casos, su perfil nunca pasa desapercibido. Reportera de nota roja, jugadora de americano y competidora de crossfit.  Nacida un 12 de noviembre, Fernanda Escobedo o Fer, como la llaman sus amistades, estudió la Licenciatura en Comunicación sin saber que un día se convertiría en una de las principales referencias de la fuente policíaca en la capital poblana. A unos años de dejar las aulas y comenzar a forjarse una trayectoria, aunque con ironía afirma que no sabe por qué estudió lo que estudió.

Sus letras y su esencia han trastocado a muchos de sus colegas y amigos. Y la  manera en que agrupaciones feministas o colectivos de madres buscadoras la reciben y saludan también revelan o dejan ver su empatía.

Públicamente, Fernanda ha manifestado su condena contra la violencia de género y los feminicidios, porque son problemáticas que le duelen, que le atraviesan.

Un día en su vida significa dedicar varias horas a la redacción de bits, así como ir a un parque o gimnasio para entrenarse arduamente y convivir con sus perrohijos, a los que ama profundamente.

Si en el camino surgen invitaciones para degustar unos buenos tacos, memelas, hot-dogs, hamburguesas, palomitas o demás comidas exquisitamente grasientas, no las evade, al contrario, las atiende con toda dedicación.

En concordancia con el nombre de su equipo de fútbol americano, Ángeles Guerreras, pareciera que Fernanda porta una aureola enorme que enamora a propios y extraños.

Esa virtud se conjunta con su habilidad o destreza para averiguar los contextos o historias detrás de los actos delictivos que se registran diariamente en la ciudad.

La joven destaca que una de las cosas que más le fascinan de su chamba es justamente conocer las anécdotas que existen detrás de un evento noticioso.

Una vez que cumple con las tareas de su oficio, alimenta su alma con el deporte, el cual cataloga como terapia y modo de retarse a sí misma.

“No sé por qué me gusta, yo creo que es algo que tengo desde chiquita; desde chiquita siempre he hecho deporte y no me veo tener una vida sin hacer deporte. Me gusta mucho, porque es como mi terapia, acá vengo a descargar todo, tanto el americano como el crossfit. Son como unas horas exclusivamente para mí, en las que me sirven un chingo como terapia y aparte son como los momentos más íntimos que tengo conmigo misma”

 

Compartir: