Los vinos curativos de Chignahuapan

Jaime Carrera

Chignahuapan, Pue.- Hierbas amargas, frutos dulces que cuando amalgaman se convierten en bebidas añejadas hasta por 15 años en barricas de roble francés o americano que, con tonos amaderados, extasían a locales y turistas en Chignahuapan.

Al bajar unas escaleras de caracol en el centro gastronómico y cultural “Casa Esmeralda” en este Pueblo Mágico, los visitantes descubren un cava de vinos frutales y herbales que, consumidos asiduamente, apaciguan a los que hacen muinas y corajes.

Son una mescolanza de sabores, pero también de antiguos saberes que tienen su origen en la curandería de Guadalupe Martínez, abuelo de Guille, mujer que representa a la cuarta generación que se dedica a elaborar bebidas para el alma y el corazón.

Con un ambiente bohemio y de cantina o bar a la vieja usanza, en una barra circular reposan decenas de hojas de plantas adentro de botellas “patonas” transparentes que permiten ser testigo de cómo hierbas y frutos sueltan sus sabores.

Ronald Medina, primo de Guille, se desenvuelve como todo un experto en la explicación de los antecedentes de la famosa bebida de 14 hierbas, actualmente elaborada con 32 plantas que en su conjunto contienen secretos fielmente guardados.

“Nuestros vinos se conocen como frutales y herbales. Son de diferentes tipos de semillas y plantas de la región, se ocupa puro producto que se produce en la región norte de Puebla como, por ejemplo, la manzana”, explica detalladamente.

Aunque las bebidas, además, son de apoyo curativo. No sólo contribuyen a matizar el temperamento de las personas, pues combaten el colesterol, la alta glucosa y los triglicéridos. “También son para los berrinchudos”, bromea Ronald.

“Tenemos el 14 hierbas que es diferente, no el tradicional verde, este lleva 32 tipos de hierbas todo de uso medicinal, están los que incentivan la hidratación de pie o para la digestión”, añade a la par de llenar tres vasitos con estas atractivas bebidas.

En la Sierra Norte de Puebla, son comunes los licores frutales y herbales, pero en “Casa Esmeralda”, fundada hace 15 años, se mantiene todo un ritual para ofrecer al cliente toda una experiencia sensorial, cada vez que dan trago de una de estas bebidas.

“Al principio se preparaban en vidrio y al inicio no era con añejamiento, pero posteriormente, desde la tercera generación se les ocurrió meterlo en una barrica, aunque la preparación es la misma que en vidrio, pero en más cantidad”, agrega.

Los curiosos, buscan estas bebidas porque quieren dejar atrás, en el pasado, todos aquellos ratos de corajes y depositan su esperanza en un trago de estos licores herbales y frutales, algunos otros, por mero gusto acuden asiduamente a abastecerse de sus vinos.

“Otros que ya saben que lo quieren, vienen porque dicen que les gusta, no son las típicas bebidas que encuentran en el centro, estas son gourmet y únicas”, concluye Ronald, para atender a un grupo de turistas que buscan un traguito de alegría para el alma y el corazón.

 

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