Joya oculta de los orígenes del arte

*La biblioteca especializada del Museo Taller Erasto Cortés obtuvo la mayoría de su acervo de Francisco Toledo y requiere de la mayor agudeza y disposición para disfrutar memorias y orígenes del arte universal, cuento, literatura de grabado, pintura, arte textil, arte prehispánico, arte popular y hasta dibujo técnico

Jaime López

Puebla, Pue.- Al dar el primer paso dentro de ella, invade una sensación de que el mundo exterior ha desaparecido súbitamente. Es como si la mente acabara de ingresar a una especie de búnker mágico, donde el silencio es aliado y los tesoros por encontrar los bálsamos que purifican el alma.

Ahí no hay cabida para los pensamientos ajetreados o negativos, pues se disipan ante el imponente compendio del conocimiento bien ordenado, hasta el último milímetro.

Se trata de la biblioteca especializada alojada en el Museo Taller Erasto Cortés (Mutec), a espaldas de la Casa de la Cultura y a pocas cuadras del Zócalo de la ciudad.  Abierta de martes a sábado, de 10 a 17 horas, es una de esas joyas ocultas que se llegan a conocer por el boca en boca.

En la primera sala o área pública, las y los visitantes pueden descubrir parte de la historia del fundador del Mutec, Jaime Erasto Cortés, uno de los más prestigiados promotores del grabado mexicano del siglo XX.

Para las personas más visuales, es imposible pasar por alto la imagen en negro diseñada sobre uno de los muros divisorios, en la que resaltan figuras de milpas y el portentoso tronco de un árbol del que brotan nopales.

Corresponde a una reproducción en vinílica de la obra “Paisaje del Valle de Maíz”, de Erasto Cortés Juárez, que honra los orígenes y la memoria agraria de México.

Una vez que los visitantes dejan atrás el grabado, comienza el recorrido por los cientos de volúmenes acomodados pulcramente en los distintos anaqueles de la biblioteca.

El periplo no es lineal. Se requiere de la mayor agudeza y disposición de los usuarios para transitar de los orígenes del arte universal a las entrañas del cuento o la literatura.

Como las fronteras físicas no existen, hay chance para estar en dos o más disciplinas al mismo tiempo, ya sea grabado mexicano y cine, arte dramático y escultura. Las combinaciones pueden ser infinitas.

Quienes buscan registros visuales antiguos de inmuebles extintos o reconvertidos en otro tipo de espacios, también encontrarán esa información, y lo harán impactados, como si estuvieran descubriendo el mismísimo Santo Grial.

Grabado, pintura, arte textil, arte prehispánico, arte popular y hasta dibujo técnico, son otras de las disciplinas que tienen sus propios textos en la joya escondida del Mutec.

Respecto a los autores, cuentan con la recomendación o el aval de una de las mentes más respetadas y brillantes de la cultura nacional, Francisco Toledo, esto en virtud de que el artista de origen oaxaqueño fue quien donó la gran mayoría del acervo bibliográfico.

Acogedora, práctica y dueña de un tranquilizante silencio, así es la biblioteca especializada del Mutec, por lo que al salir embargará la nostalgia, esa que se siente cuando cortan abruptamente un buen sueño.

 

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