Ostionería: La Gloria de Panchito

*Entrar a “La Gloria” es remontar al pasado con la rockola encendida tocando “La boa” de la Sonora Santanera, las paredes verde aguamarina

Guadalupe Vázquez

Puebla, Pue.- “Anda siempre muy bien vestidito que parece un maniquí. Todos lo conocen por Panchito… Sí, en la Ostionería Gloria en la 6 Poniente y 7 Norte, el popular Panchito te espera con cócteles y todos los mariscos”, así comenzaba el comercial de la XEW que anunciaba el negocio que lleva más de 70 años trayendo los frutos de los mares mexicanos al corazón del Centro Histórico de Puebla.

Desde 1950 se encuentra ubicada en la avenida 6 Poniente número 517-7 en la colonia Centro, año en el que Eleazar González Arenas y su esposa Leonor Pérez Portillo fundaron su negocio de mariscos.

Al inicio solo tenían un carrito que se instalaba en la esquina todos los días con cócteles de ostión, camarón y pulpo, pero el sabor y el buen trato al cliente hicieron que lograra rentar el local que diariamente veía y anhelaba.

“El popular Panchito”, como era conocido el dueño, decidió nombrar al local “Gloria”, como su hija mayor y así comenzó el arduo trabajo de comercializar los bultos de ostión en concha desde Tampico y Veracruz hasta Puebla. Al llegar los descargaba, los abría en la misma barra en la que ahora se preparan los cócteles.

Entrar a “La Gloria” es remontar al pasado con la rockola encendida tocando “La boa” de la Sonora Santanera, las paredes verde aguamarina y las fotografías de políticos, actrices y memorias de la familia.

En los ochentas, la ostionería era tan popular que Jorge Murad Macluf la visitó cuando era candidato a la alcaldía de Puebla y hasta le realizó una invitación al Palacio Municipal cuando ganó la presidencia, gobernó en el periodo de 1984 a 1987.

Pero no fue al único político que conoció, pues la labor altruista de Eleazar González Arenas en Tlaxcala lo hizo conocer al ex presidente de México, Luis Echeverría Álvarez.

Sin embargo, la mayor satisfacción de “el popular Panchito” fue mantener a su familia con un negocio que le apasionaba y compartía con su hijo, quien desde los once años se puso la camiseta y combinaba el trabajo y sus actividades escolares.

Ahora Eleazar González Pérez es médico de profesión, pero junto con su esposa llevan 27 años administrando el lugar, y en los que para mejorar cada día, toma los cursos que les brinda la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) y transmite los conocimientos adquiridos a sus trabajadores.

Además, implementó un sistema de desinfección para que sus platillos se sirvan con todas las medidas de higiene, el cual reforzó con la pandemia.

Los colaboradores le han tomado tanto cariño al lugar que uno de ellos hasta se jubiló ahí y otro más lleva quince años laborando. Tiene clientes asiduos que no lo dejaron solo aún en la pandemia de Covid-19, pues el 10 de mayo consintieron a sus mamás con el sazón de Ostionería “La Gloria”.

“Quiero mucho mi negocio porque me ha dado muchas satisfacciones y me ha resuelto, a veces, situaciones difíciles”.

Sin embargo, el coronavirus si les ha pegado en los bolsillos y les ha bajado la venta en un 70%, pero el doctor Eleazar le ha sabido dar la vuelta a la crisis y con servicio a domicilio y para llevar ha mantenido a flote el negocio que le heredó su padre, además acaba de aliarse con la tecnología al implementar la app de Didi Food para llegar a más hogares. También salió airoso de las revisiones de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), de Protección Civil Municipal y del Gobierno de Puebla.

Además, se siente orgulloso de apoyar al comercio local pues compra en el Mercado 5 Mayo, en la popular “calle de los pescados” y brinda un abanico de platillos tales como: cazuela de mariscos, cóctel “Gloria” elaborado con vino, piña y cerezas, camarones al chiltepin, camarones a la diabla y a la nuez, entre otros.

“La Gloria” ha sido el restaurante de mariscos de muchas generaciones y aún conserva el ambiente familiar que lo distingue, pues tanto dueños como trabajadores dan un trato amable que se combina con el sabor y la sazón de los platillos.

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