El legado de la Fonda de Santa Clara

*En 1965 fue creado un espacio con la esencia de los antojitos poblanos que se preparaban en las entrañas de los barrios poblanos, en cada esquina o zaguán

Jaime Carrera

Puebla, Pue.- Corría el año de 1965 y una mujer estaba por iniciar uno de los legados gastronómicos de mayor relevancia en la Ciudad de los Ángeles: la Fonda de Santa Clara con sus múltiples preparaciones de los platillos locales insignia con un toque a la altura para complacer hasta el paladar más exigente de visita en Puebla.

El reto no surgió de la nada, previo a ese año, Alicia Torres de Araujo ya tenía un su haber un largo recorrido como directora casi dos décadas del Museo “José Luis Bello y González”, donde el constante contacto con los turistas nacionales e internacionales, en medio de pláticas sobre la gastronomía local, la motivó a abrir un restaurante.

Lo destacable del establecimiento: impregnar en su menú la tradición, pero sobre todo, la esencia de los antojitos poblanos que se preparaban en las entrañas de los barrios poblanos, en cada esquina o zaguán, donde había una mujer que con anafre y comal preparaban las tradicionales chalupas, molotes, tlacoyos, chanclas, tostadas y gorditas.

Este 2021 la Fonda de Santa Clara cumplirá 56 años de servir a los poblanos alimentos que combinan olores, sabores y texturas que en sus diferentes sucursales se degustan de una manera diferente: bocado a bocado, vistazo a vistazo como se aprecia una obra de arte, de esas que doña Alicia apreció en su paso por la vida museística local.

El éxito de la comida en la Fonda de Santa Clara es una experiencia que recae, en gran medida, en el talento, conocimiento y experiencia de un cargo que no todos los restaurantes tienen: las mayoras, mujeres que más allá de los estudios tienen la enorme responsabilidad de proteger cada ingrediente y cuidar la sazón de cada alimento.

Pero el gusto en el público también se debe a la calidez de la familia Araujo, los descendientes de doña Alicia quienes continúan enalteciendo la tradición gastronómica que la emprendedora mujer inició hace más de cinco décadas y que hasta este 2021 mantiene la preparación anual, sin suspensión alguna, de platillos como el Chile en Nogada.

Rubén Araujo, uno de los seis hijos de Alicia, tiene uno de las tareas más difíciles en el mundo restaurantero: innovar sin desplazar lo tradicional, mantener cada receta fiel a sus pasos e ingredientes, con toques de contemporaneidad sin atentar contra la historia en elaborados procesos culinarios de los cuales han surgido reinterpretaciones de platillos.

Después de más cinco décadas de haber abierto sus puertas, la Fonda de Santa Clara continúa firme con la idea de mantener el legado que dejó Alicia Torres de Araujo: rescatar las tradiciones, los valores del buen comer y el arte y cultura que acompaña a un estado y ciudad como Puebla, en donde cada sabor evoca un magistral pasado gastronómico.

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